La candidiasis vulvovaginal afecta a muchas mujeres a lo largo de su vida. Aunque no supone un problema importante de salud, puede disminuir en gran medida la calidad de vida de la mujer. Además de incidir de forma muy negativa tanto en el ámbito social como en sus relaciones sexuales.
Es la infección vulvovaginal más frecuente y no se considera una enfermedad de transmisión sexual. Se puede trasmitir mediante el coito, pero en la mayor parte de las ocasiones este no es el origen de la infección, sino una de las causas de empeoramiento de los síntomas.
El 75% de las mujeres padecerán, a lo largo de su vida, un episodio de candidiasis. Y casi el 50% padecerán esta infección en dos o más ocasiones.
Qué es la candidiasis
La candidiasis habitualmente es una infección esporádica y leve que cede en pocos días con el tratamiento adecuado. No obstante, en algunas ocasiones, puede no ser así, catalogándose entonces como candidiasis complicada o crónica.
Por lo tanto, consideramos una candidiasis complicada cuando:
- es recurrente (esto sucede en el 15% de las pacientes),
- produce una sintomatología grave,
- está producida por una cándida ‘no albicans’
- o se produce en pacientes con determinados factores de riesgo. Estos son la gestación, la diabetes mellitus no controlada o los estados de inmunosupresión. Estos últimos pueden ser debidos a enfermedades (HIV, enfermedades autoinmunes…) o a la utilización de fármacos (corticoides o inmunosupresores).
Factores de riesgo relacionados
Como factores de riesgo podemos destacar, además de los enumerados anteriormente:
- El uso de antibióticos de amplio espectro,
- El uso de anticonceptivos hormonales,
- La ingesta exagerada de harinas, dulces y alcohol,
- Las situaciones de estrés,
- El uso de ropa ajustada,
- La humedad (baños frecuentes en piscinas, permanecer con ropa de baño húmeda)
- Algunas prácticas sexuales que alteran la flora vaginal normal.
- Cualquier situación que pueda de una forma u otra alterar el correcto equilibrio de la flora vaginal.
Candidiasis y sus síntomas
La Cándida albicans produce el 90% de los casos de las infecciones clínicas. Está en la flora vaginal de las mujeres de forma normal, sin embargo, el desbalance entre Cándida y Bacilos de Dodderlein (los gérmenes “buenos”) genera los molestos síntomas. Se considera pues como parte de la flora saprofita (microorganismos que forman parte de la flora habitual de la vagina). En estos casos, la candidiasis sintomática aparece cuando se producen cambios en la resistencia de la mujer al microorganismo por un descenso de su inmunidad celular, o cambios de la flora bacteriana local, que permiten el desarrollo de la cándida por encima la cantidad normal.
Los síntomas que suelen aparecer son muy característicos y consisten en:
- Flujo blanquecino en grumos con aspecto de yogur o leche cortada.
- Se acompaña de prurito (picor) vulvovaginal intenso,
- Escozor al orinar en la zona externa
- Dolor o disconfort con las relaciones sexuales.
- También puede aparecer en la vulva enrojecimiento, hinchazón y grietas
o fisuras
- Esto producen escozor y dolor con las relaciones o el roce de la ropa.
Cómo se realiza su diagnóstico
El diagnóstico se establece en la consulta mediante la valoración de los síntomas que cuenta la paciente y la exploración clínica. Se puede confirmar mediante:
- Observación en fresco de una muestra vulvar o vaginal Observándose, en el 80% de los casos de candidiasis vulvovaginal, hifas o esporas (forma de presentación de la cándida que aparece solo en caso de infección).
- Mediante cultivo en medios específicos. Aunque para establecer el diagnóstico en este caso debe existir sintomatología compatible con infección. Ya que la cándida puede formar parte de la flora habitual de la vagina.
Sin embargo, el diagnóstico se realiza la mayor parte de veces de forma clínica cuando la paciente presenta síntomas compatibles con la infección.
Cuál es el tratamiento de la candidiasis
El tratamiento suele realizarse de forma local mediante la aplicación de óvulos y cremas. Estos son fármacos que no se absorben por vía vaginal y su uso es seguro durante la gestación.
También se puede usar la vía oral como alternativa de tratamiento. En este caso, se usan fármacos como el fluconazol o el itraconazol. Aunque estos tratamientos deben evitarse en mujeres gestantes.
Tratamiento para las candidiasis complicadas
En caso de candidiasis complicadas, el tratamiento local deberá alargare hasta 14 días.
Tratamiento para la candidiasis recurrente
La candidiasis recurrente (más de cuatro episodios al año), sin embargo, es un problema más difícil de solucionar. En estos casos, se debe descartar la existencia de alguna enfermedad o problema no diagnosticado. Además, se debe instaurar un ‘tratamiento supresor’ que consiste en, tras la aplicación del tratamiento habitual, instaurar un tratamiento, bien vía vaginal, con un azol o ácido bórico y una periodicidad pautada que se debe mantener durante un año.
Tratamiento para la candidiasis ‘no albicans’
La infección por candidiasis ‘no albicans’ supone aproximadamente el 10% de los casos, siendo la más frecuente la cándida glabrata.
En estos casos, la respuesta a los antifúngicos del grupo azol es muy limitada. Por tanto, se deben establecer tratamientos con otros agentes de uso local (como la nistatina, el ácido bórico o la violeta de genciana aplicada sobre la mucosa cérvico vaginal).
Por otro lado, es importante realizar tratamiento a la pareja. El 15% de los contactos sexuales masculinos pueden desarrollar una balanitis candidiásica y favorecer la recurrencia de la enfermedad.
Otros consejos
Como complemento a estos tratamientos y para evitar o reducir las recidivas, la mujer deberá:
- Realizar una dieta adecuada (se recomienda la disminución de harinas y dulces e incremento del consumo de yogurt natural y sin azúcar)
- Mantener una higiene íntima adecuada, recomendándose el uso de jabones específicos de higiene intima que no sean agresivos con la flora vaginal.
Por último, el tratamiento médico se debe completar, en caso de candidiasis recurrente o cuando la flora vaginal pueda estar debilitada por cualquier motivo (uso de antibióticos de amplio espectro, infecciones repetidas, estrés, viajes…) con fármacos probióticos. Existen múltiples fármacos de este tipo que se pueden administrar de forma local o por vía oral y que se han demostrado eficaces en la reducción del número e intensidad de las recurrencias.
Desde el Centro Médico Cesar Vallejo recomendamos a todas las mujeres la realización de una revisión ginecológica anual, y/o que, en todo caso, acudan a su ginecólogo en caso de observar cualquier tipo de molestia.
No dudes en llamarnos al 947557499